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El idioma francés es una lengua romance hablada en Francia, origen de este idioma, así como en Canadá, Bélgica, Luxemburgo, Suiza y otros cincuenta y un países, la mayoría de los cuales formaban parte del antiguo Imperio colonial francés, especialmente en África, así como la República Democrática del Congo, antiguo Congo Belga.
El francés, lengua real, evolucionó desde el bajo latín y el latín vulgar hasta el galo-románico durante el primer milenio de la era cristiana y se convirtió en lengua jurídica y administrativa con la Ordenanza de Villers-Cotterêts en 1539. A partir de entonces, el francés, siempre en torno al núcleo parisino, se extendería en Francia, en Europa y en el mundo.[1] Siguió una larga reforma de la lengua, promovida por los académicos, para regularizarla y reintroducir los términos latinos. El francés clásico de los siglos XVI y XVII se convirtió en el francés moderno del siglo XVIII, la lengua franca de Europa. Con la colonización francesa, el francés se extendió a América del Norte en el siglo XVII y a África en el XIX, convirtiéndose en una lingua franca. Sin embargo, el francés perdió su influencia en la segunda mitad del siglo XX en favor del inglés.
Claude Hagège distingue tres periodos de influencia del francés: la edad media, desde finales del siglo XI hasta principios del siglo XIV; el periodo que va desde el inicio del reinado de Luis XIV hasta finales del siglo XVIII; y el periodo que va desde finales del siglo XIX, hasta principios del siglo XX.[2]
El término «lengua de oïl» puede ser en algunos casos, sinónimo de francés.
La lengua francesa tiene la particularidad de que su desarrollo fue en parte de obra de grupos intelectuales, como la Pléiade, o de instituciones, como la Academia Francesa. Es una lengua llamada «académica» y no una lengua ausbau (o «lengua por elaboración»). Sin embargo, el uso sigue teniendo sus derechos y muchas personas han mezclado esta lengua viva, ante todo Molière: se habla de la «lengua de Molière».
Ante la proliferación de préstamos léxicos del inglés, el gobierno francés intentó tomar medidas para proteger la integridad de la lengua. El 7 de enero de 1972, promulgó el Decreto n.º 72-9 sobre el enriquecimiento de la lengua francesa, que preveía la creación de comisiones terminológicas ministeriales para enriquecer el vocabulario francés. La ley Toubon de 1994 se basa en la misma preocupación. Su decreto de aplicación de 1996 estableció un sistema coordinado de enriquecimiento de la lengua francesa.
En Quebec, la Office québécois de la langue française se encarga de regular el uso de la lengua francesa, protegida por la Ley 101 de Quebec. También ofrece su Grand Dictionnaire terminologique en Internet.[3]